El 92% del humo tabaco de los cigarrillos son gases y el 8% partículas en suspensión en ellos (alquitrán). El humo de los cigarrillos contiene aproximadamente 59% de nitrógeno; 13,6% de anhídrido carbónico; 13.4% de oxígeno; 2.8% de óxido de carbono; 8% de alquitrán y 2,8% de otros compuestos tóxicos (32b). Para estudiar mejor las acciones del humo tabaco sobre la salud, se han diferenciado en el mismo, varios grupos de sustancias:
El alquitrán del tabaco, que es la parte condensada a baja temperatura, de las partículas en suspensión, producidas por la combustión de la sustancia orgánica.
UN PEQUEÑO EXPERIMENTO
Al absorberse fundamentalmente a través de los pulmones ( de un
79 a un 90 % ) y en menor medida a través de la mucosa bucal y plexos sublinguales ( 4 a 40
% ) y de la piel, es variable y dependiente de varios factores,
como son la temperatura y el pH cutáneos, el grado de humedad y de higiene personal. Se
absorbe rápidamente de la mucosa nasal, oral y respiratoria llegando al cerebro donde están los
receptores al cabo de unos 7 segundos. Es allí donde ejerce su acción sobre el SNC así como en
el sistema nervioso autónomo. Esta relación casi inmediata entre la inhalación del humo y su
efecto a nivel cerebral es uno de los factores que contribuye al alto poder adictivo de la
nicotina.
La vida media de la nicotina es de dos horas, oscilando entre 1 a 4 horas de acuerdo a la
variabilidad individual, y la mayor parte se metaboliza en el hígado transformándose en uno de
sus metabolitos inactivos -la cotinina- y solamente el 7 % de la nicotina se excreta por vía renal
sin transformarse junto con la cotinina. También pasa a la leche materna y atraviesa la barrera
placentaria.
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